¿Qué es para mí la pintura?, una manifestación, un grito, una visión, un fracaso, un éxito, una revelación, libertad, infamia, tormento, pasión, riesgo..., todo ello y más, contiene mi pintura, el amor por el color la sombra, la línea, la composición, el motivo.

Decía Picasso que la búsqueda está muy bien, pero el motivo de la búsqueda es encontrar y ahí radica la clave. Mi búsqueda ha sido constante en ella he desarrollado mi trabajo. No ha sido fácil, ahora la pintura me llena, me completa, forma parte de mí, es el fin de mi búsqueda.

​Mi trabajo es sencillo, humilde, transparente, no escondo nada, es honesto; ya sea en un paisaje, en un retrato, una figura, o incluso, en un realismo abstracto, siempre llego hasta el final, no dejo nada en la paleta. Mis trabajos reflejan mi estado de ánimo, mi forma de entender los medios de la pintura, no me supedito a ningún género en concreto, pinto lo que en ese momento me apetece, ya sea un bodegón, si me gusta su composición, un paisaje, sí me gusta la luz, una figura, si me gusta su textura, forma, color.           

Me gusta trabajar sobre cosas que todos podemos ver, un árbol, una roca, un músico, una servilleta, un sombrero, cualquier motivo puede ser bueno en su momento, ese efecto de la luz, ese reflejo del agua en movimiento, esos tonos fríos o cálidos que hacen especial al objeto, a las personas, a ese gesto, ademán o sonrisa; me motivan, me ilusionan. Me da igual, ese momento es único y yo quiero plasmarlo como lo veo.

No busqué en mí trabajo ninguna corriente pictórica, aunque admiro a muchos pintores y artistas de diferentes disciplinas, sigo mi camino, en esa libertad creadora que me lleva a descubrir continuamente motivos para seguir trabajando, para mostrar esas pequeñas cosas que se nos escapan, que están ahí, que constituyen todo lo que nos rodea, lo que somos, lo que sentimos y amamos.

La función del arte es mostrar un hecho claro que trascienda al espectador. Eso es para mí.